Muchas veces me he preguntado cómo sería el trabajo de los astrofísicos en el CERN. ¿Qué estarán haciendo? ¿Cuáles son sus tareas diarias? ¿Tendrán un horario? ¿Cómo serán los despachos? ¿O trabajan en aulas grandes? ¿Comen juntos? ¿De qué hablaran en los corrillos?
Me genera mucha curiosidad porque me encanta ese tema y, en realidad, no tengo ni la más remota idea de lo que es el día a día ahí dentro. Salvo alguna noticia eventual de tanto en tanto, no se sabe nada de este centro que intenta buscar el origen del todo.
Cómo me gustaría pasar un día en los pasillos del CERN y ver a los científicos en pleno apogeo…
–
–
Y pensando el otro día en esto, caí en la cuenta de que seguramente mucha gente se pregunta lo mismo con la Arqueología. ¿Qué hacen realmente? ¿Cómo lo hacen? ¿Por qué lo hacen? Estoy convencido de que a mucha, muchísima gente le encantaría pasar un día en el yacimiento comprobando por ellas mismas en qué consiste el trabajo de Arqueología. ¿Se puede?
–
Difundir desde el yacimiento arqueológico
El trabajo de Arqueología, como ciencia del conocimiento que es, necesita ser difundido con el objetivo de educar y llegar a la sociedad. En este artículo te hablé de la obligación profesional de difundir los resultados de nuestros trabajos. Pero, más allá de difundir los resultados, ¿por qué no divulgar el proceso?
De hecho, por nuestra parte, no cabe duda de que apostamos por ello. Intentamos contarte en tiempo real (o bueno…casi) lo que hacemos, nuestros trabajos, nuestros proyectos. En nuestra cuenta de twitter colgamos fotos de nuestro trabajo y en el blog intentamos manternos al día también.
Algunos en los que hemos estado trabajando este verano son estos:
–
Excavación en Santa María de Lorca
Restauración en Santa Cruz de Mudela
Entre infrarrojos y ultravioleta
–
Ahora dime una cosa. ¿No te gustaría pasar unas horas en la iglesia de Santa María viendo cómo María lleva a cabo su proceso de restauración? ¿O cómo Celso desentierra la Historia de Montejícar?
No. Todavía no hacemos jornadas de puertas abiertas. Por lo pronto tendrás que conformarte con leer los artículos pero, ¿y por qué no?
–
Recuerda: difundir para educar
La repercusión mediática de los grandes descubrimientos arqueológicos contrasta sorprendentemente con el trabajo cotidiano de la disciplina. El día a día es todo un desconocido. Creo que no se sabe nada acerca del trabajo diario de la Arqueología. Por eso, abrir las puertas de los proyectos en proceso de trabajo (sea arqueología, restauración, museología, etc…) podría ser una medida de fomento y conocimiento del trabajo de Patrimonio Cultural.
–
–
Difundir desde el lugar de trabajo, dejar a la gente que vea por sí misma en qué consiste el trabajo de Patrimonio, permitiría concienciar a la gente de la importancia de nuestro trabajo. Otorgaría respuestas a las preguntas tan importantes de ¿qué?, ¿cómo? y ¿por qué?
No tiene sentido ninguno tratar de esconder o guardar el trabajo que se realiza pues, por el contrario, puede ayudar a concienciar a la gente.
Cuando no se conoce algo es cuando se teme o se detesta. Por tanto, debemos esforzarnos por abrir nuestro trabajo y dejar que sea visto y disfrutado (en cierto modo) por todo el mundo.
Puede que pienses que esto es una rara iniciativa que nunca va a tener lugar pero lo cierto es que ya se ha hecho en algunos proyectos en España como el de “Abierto por obras” promovido por el Gobierno de Madrid que invita a visitar algunos edificios emblemáticos que se encuentran en proceso de restauración.
Yo mismo, en algunos proyectos en Reino Unido participé en jornadas de puertas abiertas donde la gente del entorno podía acercarse a ver cómo trabajábamos. Con esto quiero decir que sí es posible abrir los proyectos.
–
¿Qué fue primero? ¿El huevo o la gallina?
Abrir la excavación arqueológica es una forma de enseñar a la gente cómo se recuperan los vestigios que posteriormente pueden ver en un museo y que conforman el relato histórico.
Entender de dónde vienen esas piezas expuestas en las vitrinas y por qué se llega a determinadas conclusiones históricas, enseñar las evidencias tendría un gran valor didáctico y permite otorgar veracidad al trabajo arqueológico para el público en general.
Saber que primero se excava y después viene todo lo demás y no quedarse con qué fue antes, si el huevo o la gallina.
Por otro lado, el ofrecer el proceso de trabajo “desde el campo de batalla” no solo permitirá el conocimiento más contextualizado de la actividad arqueológica sino que también fomentará el respeto y concienciación por la conservación del Patrimonio, pasando éste a formar parte de la cultura y de la realidad de las personas.
Es sumar adeptos pro bona causa. Todo es positivo. Así que sólo queda arreglar los pasillos, ponerse un chaleco reflectante y un casco para poner un pie en la excavación.