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¿Qué es la Arqueología experimental?

Hay gente que dice que la Arqueología es una disciplina fetichista en la que sólo importa los objetos antiguos, acapararlos, y que si una excavación arqueológica no encuentra artefactos es que el proyecto ha sido un fracaso. Puede que la Arqueología sea un poco fetichista pero tampoco es para tanto. Hay otros aspectos de gran relevancia pero es evidente que los objetos juegan un papel muy importante en el estudio de la disciplina.

Cuando se aborda el estudio de sociedades pertenecientes a época o lugar donde no existía la Historia, es decir que no había escritura, la cultura material es una de las más importantes evidencias para construir el pasado.

Sus construcciones, sus tradiciones, su fecha relativa, sus contactos comerciales, su tecnología, su organización social, su cultura… Los objetos nos pueden otorgar gran información de esas sociedades y características más relevantes.

Por desgracia, y por norma general las evidencias materiales aparecen en no muy buenas condiciones con lo que el equipo arqueológico trata de establecer hipótesis de las características y funcionalidad de los objetos. Nos hacemos por tanto una pregunta básica:

¿Esto para qué servía?

Cuando empezamos a tratar de responder a esta pregunta estamos realizando lo que se conoce como Arqueología experimental. La Arqueología experimental se considera una disciplina arqueológica y consiste en tratar de descubrir la utilidad y modo de elaboración de los objetos arqueológicos; la creación de estructuras y su evolución tecnológica.

Uno de los primeros proyectos de Arqueología experimental documentados se llevaron a cabo en Dinamarca a principios del siglo XX centrándose en la agricultura prehistórica; no sólo en la producción de especies cultivadas sino también en el uso de herramientas del neolítico. Los objetivos eran principalmente científicos. Se pretendía establecer hipótesis sobre las técnicas de cultivo y sobre el uso de diferentes modelos de herramientas.

A parte del sentido científico y del carácter investigador del término, en ocasiones se considera Arqueología experimental la construcción de edificios tratando de replicar las viviendas de época antigua o reproducir modelos de producción de alimentos y de objetos de vida cotidiana, como una forma de dar a conocer las características culturales de una determinada sociedad y con un fin más didáctico que científico.

Hoy en día la gran mayoría de museos y centros de interpretación cuenta con un departamento de didáctica que se encarga de elaborar talleres de recreación histórica y arqueología experimental para los visitantes con el fin de ayudar a la comprensión de la Historia. Las visitas no consisten exclusivamente en observar una gran multitud de objetos tras una vitrina sino en conocer el proceso de elaboración y entender su utilidad práctica.

La principal característica de estos centros de interpretación donde se elabora la Arqueología experimental es la accesibilidad, abiertos al público en general para acercar el pasado a toda la gente.

Dos tipos de Arqueología experimental:

  • Arqueología experimental científica:

Aquella realizada por el equipo arqueológico dentro de un proyecto concreto y que tiene como objetivo resolver hipótesis de trabajo.

Cómo se construyó un monumento, cuánta gente fue necesaria, qué tecnología se utilizó, si un trozo de hueso era en realidad un instrumento musical, si una lasca era eso, una simple lasca, o por el contrario era un raspador.

Un ejemplo muy llamativo es el proyecto que se llevó a cabo hace algunos años para plantear una hipótesis sobre cómo los Rapa Nui transportaron los moai desde su lugar de elaboración al punto donde se erigieron. Pero atención, el hecho de que se plantee una hipótesis y funcione no quiere decir que se realizara así en su época. Simplemente es una hipótesis plausible pero no se puede dar por sentado de que así fuera, a no ser que sea muy claro.

Otro ejemplo es en el que se llevó a cabo la producción y uso de herramientas de sílex para descarnar huesos y comprobar la diferencia entre los cortes de las herramientas de sílex y los de los dientes con el fin de plantear si una sociedad prehistórica determinada era carroñera o cazadora.

Hay muchos ejemplos en este sentido pero no puedo dejar de mencionar uno en concreto que se está realizando en Overton Down, al sur de Inglaterra, y que empezó en 1960. Me explico: en esta región en el año que he indicado se creó una especie de pequeña colina como podría ser la que ocultaba el poblado de Çatalhöyük pero considerablemente más pequeña y artificial.

En ella se enterraron objetos de diferente material (cerámica, madera, piel, etc.) con el objetivo de comprobar la variación y las modificaciones, no solo de los materiales enterrados sino también de las alteraciones que se dan en la colina a lo largo de un periodo de tiempo relativamente extenso, de 128 años.

Así, las comprobaciones que se han llevado a cabo fueron en los años 1962, 1964, 1968, 1976, 1992, siendo los próximos años de comprobaciones y toma de muestras en 2024 y finalmente en 2088. ¡Esto sí que es Arqueología experimental

Y te preguntarás, ¿para qué un experimento tan extenso en el tiempo?

El principal objetivo es comprobar cómo evolucionan tanto los elementos naturales como los elementos hechos por el ser humano a lo largo del tiempo; es decir, estudiar la formación de los yacimientos.

  • Arqueología experimental divulgativa:

Aquella cuyo objetivo principal es la divulgación de una manera didáctica y amena de la Historia de un determinado período tratando de entretener y acercarla al público en general.

También hay proyectos que se encargan de la formación académica pero siempre con un sentido didáctico y divulgativo.

Ambos tipos de arqueología experimental nos ayudan a averiguar sobre el pasado. Y ambos son imprescindibles para entender mejor cómo las sociedades que nos precedieron se desarrollaron hasta nuestros días.

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