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¿Qué fue la Edad del Bronce?

A veces es difícil encasillar a las diferentes culturas en fechas concretas, sobre todo aquellas que se desarrollaron durante la Prehistoria. Ya vimos que el tiempo es un concepto muy relativo en la Historia y que a veces, diferentes expresiones culturales se solapan o se desarrollan en lugares distintos y épocas diferentes.

Durante el segundo milenio antes de Cristo (II M a.C.)  en plena Edad del Bronce, puede decirse que Europa era un hervidero de culturas y pueblos distintos cuyo desarrollo social y cultural podía diferir mucho, dependiendo de la afinidad o cercanía con los pueblos de su entorno.

En aquella época, muchas de las islas griegas, como Creta o Micenas, eran auténticos centros culturales y ostentaban un desarrollo social muy complejo en comparación con muchos pueblos de la Europa central. Del mismo modo, Egipto era ya una civilización muy desarrollada y las relaciones con el Próximo Oriente eran continuas y florecientes.   

Mientras tanto, los pueblos de Europa occidental y central desarrollaban un tipo de cultura más homogéneo y diferenciado de estos pueblos mediterráneos y del Próximo Oriente. Eran lo que posteriormente, y con la expansión de la romanización, los romanos denominaban “Bárbaros”; apelativo que hacía referencia, entre otras cosas, a su “arcaica y poco refinada” forma de hablar (bar-bar-bar… que hoy en día nos ha quedado con el apelativo bla bla…).

Los “Bárbaros” de la Edad del Bronce

Sin embargo, estos pueblos de Europa, calificados como bárbaros, consiguieron desarrollar casi todos los logros característicos del resto de civilizaciones de la Europa oriental y Próximo Oriente salvo la escritura.

Tal vez sea por el hecho de que, pese a que se conformaron como sociedades jerarquizadas, cada pueblo vivía alejado unos de otros sin que se pudiera crear una cultura más poderosa y un desarrollo social o político más rápido.

La Edad del Bronce se conoce como el período que sucedió entre el Calcolítico y la Edad del Heirro, del 2.200 hacia el 750 a.C., época durante la cual, se produjeron grandes transformaciones sociales y económicas.

Características de los pueblos europeos de la Edad del Bronce

El bronce, producto metalúrgico resultado de la aleación de cobre con estaño, dio nombre a este período en el que se produjo un gran desarrollo de la metalurgia y una profunda jerarquización social.

Los pueblos humanos viven cada vez en mayor número haciéndose cada vez más grandes (arraigados desde el Neolítico hasta el Calcolítico. Quizás este arraigo y aumento y localización de poblaciones hizo que se dispersara también la cultura, estando los diferentes pueblos desperdigados en el continente, cada uno desarrollando sus rasgos culturales propios.

La agricultura y la ganadería (al igual que anteriormente durante el Calcolítico) eran la base de la economía y la alimentación así como el empuje que se dio en las relaciones comerciales de larga distancia entre los diferentes pueblos.

La metalurgia fue un aspecto muy característico de esta cultura de la Edad del Bronce. Las antiguas herramientas de piedra y cobre fueron sustituidas por unas más resistentes y manejables de bronce. La perfección de las técnicas de producción de metales les sirvió tanto para crear buenas herramientas como finas armas que provocaron la admiración de las culturas más refinadas del Mediterráneo.

Con ello, estos pueblos de la Edad del Bronce aumentaron la demanda de metales como el cobre y el estaño, y así se desarrolló la minería y la figura del artesano. La economía cambiaba, y así las relaciones sociales. Las sociedades igualitarias que surgieron con el Neolítico fueron transformándose a otras mucho más estratificadas y donde los grupos de poder marcaron distancias con los de producción de alimentos.

El control de los nuevos recursos económicos, sobre todo metalurgia y comercio, otorgaba prestigio y control social sobre el resto de población. Esto, facilitó la acumulación de riqueza y la diferenciación, algo poco arraigado hasta la Edad de Bronce en Europa.

Estos pueblos destacaron también por sus monumentos funerarios. Túmulos de piedra o mampostería de forma rectangular a modo de casas, donde se vislumbra esta diferenciación social.

 

Basta con ver algunas de las tumbas para darse cuenta de que unos pocos individuos gozaban de un gran poder económico. Ajuares funerarios repletos de adornos de metales y armas.  Pero también se han encontrado enterramientos más simples basados en fosas o cistas y con escaso ajuar.

Estos pueblos europeos de la Edad de Bronce mantuvieron su diversidad cultural pero también compartieron una cultura característica basada en la explotación metalúrgica y el desarrollo de las herramientas de bronce, que se desarrolló hasta principios del primer milenio a.C. cuando empezaron a elaborarse las primeras herramientas de hierro y, sobre todo, armas.  Pero eso es otra historia, la Edad del Hierro, que te contaré en otra ocasión.

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