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El reto de etiquetar a los objetos de un museo

Puede pasar desapercibido. Apenas darte cuenta de que existe. Quizás ni le prestes la más mínima atención a la pequeña etiqueta pero las palabras juegan un papel determinante en un museo.

El artefacto sin interpretar.

Hemos visto cómo el artefacto fuera de su contexto carece de significado. Una vez rescatado y llevado a un museo, su mera exposición no nos dice absolutamente nada de su tiempo. No cuenta su historia por sí solo. Necesita algunas pautas, unas coordenadas para ser entendido y para contextualizar la historia que el museo nos quiere contar.

Por eso, llenar de palabras un museo, a pesar de que sea con unas mínimas, es una tarea importante para el discurso del museo.

La tarea de escribir en una exposición puede tomar muchas formas: a través de cuartillas junto a los objetos en una esquina de la vitrina, en forma de paneles ilustrativos explicando determinadas acciones, la redacción del audio guía, artículos a través del blog institucional…

En cada caso, la comunicación y la forma de transmitir el mensaje son diferentes. Ayudar al visitante a entender un objeto, darle a conocer su historia, enseñarle el camino… Pero lo que sí comparten todas y cada una de las formas de comunicación es que ayudan a la interpretación y se esfuerzan por ayudar al visitante del museo a interpretar la exposición.

Cómo debe ser etiquetar objetos en un museo

Más que enseñar, la palabra intenta guiar el aprendizaje de las personas en su visita y que descubran por ellas mismas los secretos y la importancia del museo para cada una de ellas.

A buen entendedor…

El mensaje, sea éste en una etiqueta o en un panel, debe ser corto. La gente no va al museo a leer sino a ver los objetos expuestos y a buscar un aprendizaje, a aprender.

Enlaza con el tema

El texto, como no puede ser de otra manera, tiene que ir en concordancia con lo que se exhibe en general. Cada texto es la esencia del todo. Tiene que estimular el interés del visitante hacia el resto de la visita, es decir, estar en consonancia con la temática del museo.

Como por ejemplo “La mujer ibérica”, exhibición cuyo título ya guía al visitante hacia una serie de preguntas o a realizar la visita desde una perspectiva de género.

Provoca

Los textos en un museo tratan de provocar en el visitante ciertas inquietudes para cuestionar los objetos, lo que ve. No se trata de enseñar para un examen sino de que las personas que visitan el museo extraigan conclusiones que les sirvan a ellas mismas sobre lo que ven. Ayuda a plantear preguntas al objeto.

¿Por qué crearían este objeto? ¿Llevarían puesto este colgante en su vida cotidiana? ¿Se sentían atractivos con esto?

Sencillo y rápido

Otra característica fundamental de un texto en un museo es que ha de ser fácil de leer. Esto es con frases cortas, sin dobles sentidos, directos. Esto, en ocasiones puede ser realmente complicado puesto que hay piezas que invitan a describir o  a contar más de lo aconsejado. Pero recuerda que la etiqueta no pretende enseñar. Sólo informar y presentar la pieza.

Algunos consejos sobre escribir para una exposición

Escribir para una exposición de un museo se parece más a mandar un telegrama a un amigo que redactar una pregunta de examen. Debe transmitir, provocar y presentar un objeto. Cada palabra debe decir algo, vislumbrar lo que el artefacto puede enseñar.

Con el etiquetado, lo que se trata es de presentar el objeto. Proponer al visitante que lo observe desde una perspectiva determinada para que pueda plantearse las preguntas apropiadas.

Si no sabes qué preguntar a un objeto en un museo, lee este artículo.

Sugiere algunas características del artefacto o algunas preguntas para pensar sobre ello.

Ello, hay que tratar de hacerlo en pequeñas frases distribuidas en pequeños párrafos para agilizar la lectura. ¡Y evita tecnicismos! Los textos en un museo no están dirigidos a expertos sino a todo tipo de público.

A veces no caemos siquiera en la cuenta de que un museo cuenta con textos. Porque no pretender captar la atención del visitante ni robársela a los objetos. Las etiquetas son acompañantes de la exposición, ayudantes que sirven para entender mejor la visita. Pero nunca deben adquirir el protagonismo reservado para los objetos. Y ahí está la principal dificultad de escribir para una exposición.

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