Algo de lo que hemos hablado en otras ocasiones en este blog pero que en realidad, no nos hemos parado para explicar el término. Cuando hablamos de evolución humana puede que suceda lo mismo que cuando hablamos de una silla o una sartén; todo el mundo sabe lo que son pero si tenemos que ponernos a explicarlo nos cuesta hacerlo sin tener que reflexionar.

Por eso, porque me paré a pensar sobre esto, creo que es necesario exponerlo en un artículo que pueda servir para hacernos reflexionar un poco y ayudarnos a entender su significado.

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¿Qué entendemos por evolución?

Para empezar, y así, en una primera aproximación a lo que es la evolución, probablemente nos venga a la mente la figura de Darwin, principal propulsor de la teoría de la evolución más famosa del mundo gracias a su obra El origen de las especies

En esta obra, Darwin no se centraba exclusivamente en el ser humano sino más bien en la evolución biológica en general de los seres vivos a través de la famosa selección natural y la capacidad de adaptación de las especies al cambio.

Resumiendo mucho, cada especie en sí misma cuenta con una gran variedad genética dentro de sus miembros que hace que unos se adapten mejor al entorno que otros. En situaciones extremas (que se han dado a lo largo de la historia de la vida) unos individuos estar mejor adaptados que otros y sobreviven.

Y esto hace que los genes de los supervivientes perduren en el tiempo y aquellos individuos que no han podido adaptarse al cambio mueran y con ellos sus genes. Para profundizar te aconsejo que te leas El origen de las especies, una buena lectura para lo que queda de verano.

Nosotros hoy nos vamos a centrar en describir el término enfocado en el ser humano en particular.

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El largo proceso de la evolución

La evolución humana se entiende por el largo proceso de cambio (y presta atención a esto: cambio) que se produjo en la historia a partir de un ancestro común primate y a partir del cual derivó nuestra propia especie, lo que hoy conocemos como “humano moderno”.

A partir de evidencias científicas se trata de mostrar cómo los aspectos físicos y de comportamiento  que nos caracteriza como especie han resultado esta evolución a partir de ese ancestro común hace unos 5 millones de años (año arriba, año abajo).

Uno de los primeros rasgos humanos, y que se utilizan como punto de referencia del inicio de la humanidad,  es el bipedismo, del que te hablamos también aquí.

La habilidad de caminar sobre nuestras dos piernas la aprendimos hace unos 4 millones de años y nos permitió echar la vista al frente y divisar el peligro a lo lejos (tras descender de los árboles).

Este cambio condicionó nuestra historia y permitió que se produjera un cambio sustancial en nuestro modo de vida, propiciando otros cambios no menos importantes como estos:

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• Cambios físicos (y cognitivos) del cerebro
• Desarrollo de herramientas de piedra, que comentamos aquí.
• Aparición del lenguaje (de lo que escribimos también no hace mucho).
• Descubrimiento del fuego.

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Todos los cambios, importantes. Todos determinantes para que llegáramos a lo que hoy somos (para bien o para mal).

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Somos primates

Cuántas veces me habrá dicho mi hermana a voz en grito que venimos de los monos. De verdad que en ocasiones me hace pensar que, en su caso, no le falta razón.

De hecho, es un tópico muy extendido y que a veces hace confundir a la gente. No es que vengamos de los monos. No. Los monos son los monos y los seres humanos somos…eso. Lo que sí es cierto que los monos y los humanos compartimos un antepasado común. Un individuo de una especie determinada que derivó en otras especies distintas entre ellas con el paso de millones de años.

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Es como decir que los perros descienden de los lobos. No. Los perros y los lobos son primos y tienen un pariente común. Pero uno no proviene del otro.

Volviendo al ser humano, y basándonos en la teoría científica, podemos decir que somos primates. Eso sí. Primates (que no monos…al menos en mi caso). Nuestras características físicas y genéticas muestran ese gran parentesco con los simios que hace a mucha gente confundirse con los monos.

Y esto es por ese antepasado común que compartimos. Un antepasado que vivió entre hace 8 y 6 millones de años en África, donde se produjeron los principales cambios. Al menos eso es lo que nos dicen las evidencias arqueológicas ya que los restos humanos entre 6 y 2 millones de años se encuentran exclusivamente en este continente.

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De África a la conquista del mundo

Desde África, la humanidad se expandió por todo el mundo tomando diferentes caminos. Y conforme se producen estudios e investigaciones se reescribe esta parte de nuestra historia.

Es el conocido porceso de “la Eva Negra”. El origen de la humanidad localizado en África de forma incuestionable gracias a los estudios de ADN.

Desde África, el ser humano se abrió camino hacia Asia, el Próximo Oriente. Y no hace mucho se demostró que también llegaron a Europa por el Estrecho de Gibraltar. Desde ahí, conseguimos popular todas las partes del mundo hasta nuestros días.

¿Y por qué?

Por una peculiaridad determinante de nuestra especie y que nos hace únicos. Nuestra tremenda capacidad de adaptación. Hemos conseguido superar innumerables dificultades, tremendas crisis, cambios radicales de clima… Y sin embargo hemos sido capaces, ya no solo de adaptarnos y sobrevivir, sino de evolucionar y desarrollar nuestra cultura hasta lo que somos hoy. No cabe duda que la humanidad en nuestro conjunto, somos unos auténticos supervivientes.