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Los estudios de ADN en Arqueología

Ha vuelto a pasar. De nuevo un estudio de ADN nos arroja luz sobre el pasado de la humanidad. Hace tan solo unos días podíamos leer en muchos diarios una noticia que venía a corroborar lo que gran parte de la comunidad científica venía proponiendo: la hibridación en el pasado de diferentes especies humanas. Y el titular rezaba así:

Hallan por primera vez un humano descendiente directo de dos especies

Puedes leer la noticia completa aquí

Y es que los estudios de ADN han significado un antes y un después en el estudio del pasado. Y gracias a ello se descarta cada vez con mayor convencimiento la idea de una evolucion escalonada desde Lucy hasta los humanos modernos (nosotros).

Más bien, lo que está permitiendo los estudios de ADN en paleoantropología es ampliar la panoplia de especies humanas que, como corrobora este estudio, por primera vez, esta vez sí, con datos contrastados, parece ser que hibridaron en al menos una ocasión.

En este caso, el estudio se ha centrado en una cueva de Denisova donde se han encontrado evidencias de hibridación de un individuo de hace 50.000 años que surgió de una madre neandertal y un padre denisoviano.

Cada cierto tiempo aparecen noticias de estudios sobre la evolución con sorprendentes resultados gracias al ADN. Y es que los grandes avances en esta materia han supuesto un antes y un después, tanto en Arqueología como en Paleoantropología.


¿Cómo fue el descubrimiento del ADN?

En 1953 los científicos Francis Ckrick y James D. Watson saltaron a la palestra mediática con el descubrimiento de la estructura molecular del código genético. Desde entonces, la ciencia genética se ha desarrollado casi a la velocidad de la luz lo que ha supuesto avances en diferentes campos de la ciencia.

Desde los años 80 se conoce que el ADN mitocondrial de cada un@ de nosotr@s es heredado de la madre. Es decir, que todo ser humano, sea hombre o mujer, tiene su ADN mitocondrial idéntico al de su madre, y el de su madre al de su madre y así sucesivamente hasta hace 10000 años en pleno Mesolítico (cuando comienza el proceso de neolitización en algunas zonas del Próximo oriente). Es lo que conocemos como la Teoría de la Eva Negra.

Esta molécula es la portadora y contiene la información genética del individuo. Nos puede proporcionar información sobre sus características físicas o  sus enfermedades; o incluso ofrecernos la posibilidad de emparentar unos individuos con otros. 

Este gran descubrimiento permitió reescribir la Historia de la Humanidad y sacudió a la disciplina arqueológica transformándola por completo.

 ¿Qué ha supuesto los estudios de ADN en la Arqueología?

Te preguntarás, ¿qué tiene esta noticia de especial? Lo excepcional está en que los estudios de ADN nos permiten, como en este caso, realizar un árbol genealógico de la especie humana y a partir de ahí, estudiar el origen de la humanidad, movimientos migratorios, intercambios culturales, peculiaridades autóctonas y mucho más. Cada uno de los descubrimientos a partir del estudio del ADN sirven, como piezas dispersas en el tablero del tiempo, para recomponer el puzzle de la Historia,

Otro ejemplo de la improtancia del estudio de ADN en la Arqueología lo representa el llevado a cabo a partir de los restos óseos del Neanderthal y que demostraron que hubo intercambio genético entre ésta especie y los Sapiens, nuestro más cercano pariente (o mejor dicho, nosotros mismos). De hecho, los estudios realizados por el “Proyecto del Genoma del Neanderthal” aseguran que algunos humanos modernos en la actualidad conservan restos de ADN Neanderthal. Increíble.

Es curioso comprobar que la mayor información de nuestro pasado la llevemos nosotros mismo en nuestro código genético. Para terminar te dejo una frase del descubridor de la doble hélice en referencia a su naturaleza:

A pesar de que el código genético es casi universal, el mecanismo necesario para estructurarlo es demasiado complejo para haber surgido de un solo golpe”.

 

FOTO 1| Diario ABC

 

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