Lo caro que está el cine. Yo he dejado de ir y cuando voy es para ver alguna peli de animación coaccionado por una pequeña de apenas 5 años. Yo no entiendo por qué no bajan el precio. Si ven que cada vez que promueven estas iniciativas de precios populares como el de la semana pasada los cines se llenan. Y es que la gente por lo general quiere ir al cine pero no a ese descomunal precio.
Quizás te preguntes, ¿Pero por qué diablos me está hablando este tipo del precio del cine? ¿Esto no es el blog de Patrimonio Inteligente? Bueno, el cine está muy relacionado con el patrimonio. Deja que te cuente. Antes solía ir a Valencia a menudo con mi familia. Y cada vez que íbamos, aprovechaba para ir al cine. Bueno, a “un cine”. El cine BABEL de Valencia que me encanta, la verdad. Hacen cine europeo y puedes disfrutar(o sufrir también a veces 🙂 ) de películas rumanas, italianas, checas, irlandesas, belgas e incluso de fuera de Europa algunas veces, que normalmente no aparecen en la cartelera de los cines más comerciales. Una de las mejores películas que he visto en ese cine es Copia conforme. Una obra de arte. Sin entrar en muchos detalles, trata de un escritor de arte que presenta en Italia su libro en el que debate sobre el valor de la copia de la obra de arte con respecto a su original. .
¿Es necesario tener la pieza original?
Esto es un pretexto de la película que pronto marcha por otros derroteros. No obstante, este tema me hizo reflexionar sobre ello. ¿Qué valor tiene la copia de una pieza original? ¿Es lícito utilizar copias de piezas arqueológicas en las vitrinas de los museos? ¿Nos tenemos que sentir engañados en ese caso? ¿Cuál es la diferencia entre observar una pieza origina o la copia? Francamente, no lo sé.
Si se trata de una copia exacta de la pieza original no debería haber problema de ponerla en exposición pues su utilidad no se ve perturbada. Observarla, comprobar sus principales características, representar una técnica de elaboración, etc. Por otro lado, el uso de copias de piezas originales permite mantener el estado de conservación y preservar la pieza para su investigación (por ejemplo).
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Para qué exhibirla copia de piezas arqueológicas y no el original
Para que lo sepas, si es que todavía tienes la duda, muchas piezas de muchos museos de España son copias de originales. Réplicas que se exponen como si se trataran de los objetos que hace miles de años fueran elaborados por los seres humanos de antaño. Si no lo sabías, ¿te sientes defraudad@? ¡No seamos fetichistas! Y te lo dice un arqueólogo. Muchas veces se califica a los arqueólogos de fetichistas porque se centran en el objeto. He de decir que esto no es del todo cierto. Sí que es verdad que los objetos materiales tienen gran importancia en arqueología pero no sólo de los objetos vive el arqueólogo. Y las piezas no deben ser el fin último de las investigaciones y de las excavaciones arqueológicas sino un medio para el estudio del pasado.
El uso de la copia de piezas arqueológicas puede ser muy diverso. Además de la exposición en el museo de turno, permite que un objeto sea disfrutado por diferentes instituciones Es el caso de la Dama de Elche que se encuentra en el MAN y cuya copia aparece en el Yacimiento de l’Alcúdia donde se descubrió. Esto ha llevado a debate y mucha gente ha estado pidiendo que la Dama sea devuelta a su lugar de origen. ¿Para qué? ¿Por qué? ¿Está mejor en el sitio donde apareció o en el principal museo del Estado? ¿Es suficiente la copia de la Dama de Elche?
Dicho esto, y pensando en las vitrinas de los museos, no debería ser tan importante que se mostrara el original o la copia. Es más, tendríamos que empezar a pensar en otro concepto de museo más allá de un cúmulo de piezas y vitrinas coloridas y cambiarlo por un espacio donde tocar, sentir y experimentar sea el medio conductor de cada visita. Pero esto sería otro debate que tomaremos en otra ocasión. En mi opinión, no es tan importante que se muestre la pieza original pues el objetivo didáctico de la exposición se puede cumplir con su réplica, al poder manipularla y sentirla.
Para terminar, y pese a que pueda sonar contradictorio, me encantaría visitar las Cuevas de Altamira y adentrarme en esa galería de arte prehistórico para comprobar, ver y sentir ese arte en su estado original. Sin embargo, a día de hoy tendría que conformarme con visitar la neocueva.