Edificios desvencijados, muros que se caen, maquinaria oxidada, antiguas técnicas de trabajo obsoletas. ¿Es eso el Patrimonio Industrial? En ocasiones, cuando leo y trabajo sobre cuestiones de Patrimonio, y observo algún bien que pudiera ser declarado Patrimonio Industrial, me cuesta definir y catalogarlo como tal.

Al contrario que otros tipos de Patrimonio como el arqueológico o el patrimonio cultural (¿qué no es Patrimonio Cultural?), tengo la impresión de que al Patrimonio Industrial le falta una o dos frases cortas en las que se describa claramente qué es y qué lo compone.

Qué es el Patrimonio Industrial

Si hay algo que caracteriza al Patrimonio Industrial es su contexto. Todo Patrimonio Industrial se ha generado a partir de la Revolución Industrial, a finales del siglo XVIII. Son objetos que han formado parte de la actividad industrial, del proceso de producción. Está compuesto por maquinaria, edificios característicos y paisajes que han conformado el cuadro de la actividad industrial en nuestras ciudades y pueblos.

Si hay algo que caracteriza al Patrimonio Industrial es su contexto.

En la Península Ibérica, muchos pueblos se vieron totalmente transformados por los procesos de industrialización. Sobre todo en muchas regiones del País Vasco y Cataluña donde la revolución industrial fue mucho más acentuada. Como resultado de esta actividad, muchos lugares cambiaron sustancialmente, tanto de costumbres como de paisaje, con el que surgieron nuevas costumbres en algunos pueblos que hoy en día se siguen representando a modo de fiesta folklórica.

Como ves, el Patrimonio Industrial lo componen diferentes tipos de Patrimonio: material (fábricas, maquinaria principalmente), inmaterial (costumbres o el paisaje) y mueble (maquinaria) e inmueble (fábricas). Menudo batiburrillo, que diría mi madre.

Por tanto, y resumiendo mucho, podría definir el Patrimonio Inmaterial del siguiente modo:

Es el conjunto de bienes que surgió a consecuencia de la Revolución Industrial y que significó la aparición de maquinaria nueva, espacios comunes de trabajo, y trajo consigo un cambio cultural como consecuencia de esta actividad industria.

¿Todo lo que tiene que ver con la Industria es Patrimonio Industrial?

En realidad no. Y de hecho, ahí radica la gran diferencia entre el Patrimonio Industrial y el resto de Patrimonios. Un torno de alfarero de época romana no forma parte del Patrimonio Industrial porque se utilizó en otro contexto histórico. Un arado del Neolítico tampoco entra en la definición de este tipo de Patrimonio.  No forma parte del proceso de industrialización y mecanización del trabajo.

Por tanto, el aspecto fundamental y diferenciador del Patrimonio Industrial es su cronología. Que por otro lado, y como en muchos casos de periodización histórica, no es homogénea en todo el mundo sino que se produce en momentos diferentes en cada parte. El proceso de industrialización tuvo diversos momentos en cada país europeo y por tanto las fechas son distintas dependiendo del lugar.

Pero ya tenemos una cronología relativa para englobar al Patrimonio industrial: desde los inicios de la Revolución Industrial allá por mitad del siglo XVIII hasta que esa industria, esa maquinaria, se fue abandonando y sustituyendo por otros sistemas de producción automatizados.

¿Pero esto no es patrimonio arqueológico?

Es lo que sucede en muchos otros casos. Cuando hablamos de Patrimonio, lo hacemos de cultura principalmente, de Historia y de identidad. Todo objeto, actividad, representación o bien de cualquier tipo que represente algo de estos tres factores, puede ser considerado Bien de Patrimonio. Luego habrá que estudiarlo de manera individual si cumple con los ideales BIC o no. Pero si algún bien representa una cultura y es amado y representativo de un pueblo, se le está otorgando ya un valor cultural.

Muchos bienes del Patrimonio están catalogados como tipos que bien podrían ser diferentes. Es decir, que un Bien perteneciente al Patrimonio Arquitectónico podría ser considerado a su vez Patrimonio Arqueológico, o artístico también. Los diferentes tipos de Patrimonio muchas veces se entrelazan. El Patrimonio no se divide en cámaras estancas en las que encasillar cada bien.

Esto sucede con el Patrimonio Industrial. Mucho de estos bienes pueden ser considerados también Patrimonio Arqueológico o arquitectónico. Y quizás sea esta la razón por la cual sea a veces difícil de catalogar. A lo mejor una serie de herramientas del siglo XIX de una fábrica de papel no entran dentro del rango de Patrimonio Arqueológico pero no cabe duda de que son Bienes de gran interés cultural.

Qué es hoy en día el Patrimonio Industrial

Pues podría definirse en muchas ocasiones con lo que he empezado el artículo. Muchas veces, el hecho de que este Patrimonio esté todavía arraigado entre la sociedad y la gente, hace de él una especie de estigma o de recuerdo infantil de un tiempo pasado, antiguo, pero a la vez demasiado reciente como para ponerlo en valor.

Sin embargo se hace. Cada vez más las instituciones nacionales e internacionales ponen cierto empeño en readaptar, poner en valor y uso este tipo de Patrimonio. El TICCIH (Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial) ha creado una lista con 100 elementos de Patrmionio Industrial en España. Fíjate si se puede.

Un ejemplo de ello es la Tabacalera de Alicante. Antiguamente una fábrica de cigarrillos reconvertida hoy en un centro cultural y de ocio donde se hace todo tipo de actividades para niñ@s, jóvenes y adultos.

Se trata entonces de contextualizar este Patrimonio (edificios, material, cultura e Historia) y mimetizarlo con nuestro tiempo sin que pierda sus características físicas y que permanezca parte de su identidad.

Qué fácil suena ¿verdad? Pero ¿cómo se hace esto? Ahí estriba la dificultad de la gestión del Patrimonio. Respetar la Historia y la Cultura sin menoscabo del presente.

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