Está claro. Todo aquello que tenga que ver con “nuevas tecnologías” ordenadores y demás gadgets tecnológicos nos pone. Cualquier aparatito que se comercialice hoy en día, sea para lo que sea su función, capta nuestra atención como la miel a las moscas.
¿Será nuestra atracción por la novedad? ¿Por “lo moderno” o lo diferente?
El caso es que con estos avances de las nuevas tecnologías tenemos un montón de herramientas al alcance de la mano y cuya utilidad está, en muchas ocasiones, por descubrir. La GoPro, la fotogrametría, las tablets, los Drones… Tantas y tantas cosas que pueden ser utilizadas en nuestro día a día que a veces se queda en la banalidad.
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No obstante, estas herramientas han supuesto toda una panoplia de posibilidades para muchos campos profesionales. Y el Patrimonio Cultural no está exento de estos avances tecnológicos, ¡claro que no! Por eso intentamos adaptarnos a estas nuevas herramientas y adaptar éstas a su vez a nuestro trabajo.
Ya nos has visto trabajar con Drones, hemos hecho alguna que otra exposicion valiéndonos del 3D, hemos también implementado los códigos QR en proyectos de musealización y últimamente nos estamos adentrando en otra nueva herramienta a la que le estamos sacando gran utilidad. Las gafas de Realidad Virtual.
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La Realidad Virtual al servicio del Patirmonio
Hace unas semanas estuvimos en la Feria Bienal Ar&Pa presentándonos como empresa y exponiendo algunos de nuestro trabajos en Castilla y León. Y para entretener a los visitantes nos llevamos las gafas de Realidad Virtual donde el usuario podía visitar zonas de Patrimonio Mundial sin moverse del sitio.
Es increíble los avances que se están consiguiendo en esta tecnología que, a pesar de no ser del todo novedosa, está mejorando considerablemente. Es tal la sensación que se percibe con estas gafas de Realidad Virtual que podría terminar por replicar la experiencia física en el mundo digital…. ¿o tal vez no?
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¿La Realidad Virtual puede ser negativa para el Patrimonio Cultural?
Con la introducción de esta tecnología de Realidad Virtual surgen, como siempre, nuevos debates sobre su uso y su abuso. Nos planteamos si realmente mejorará la experiencia de las personas (o los usuarios) en la vivencia del Patrimonio Cultural y si mejorará su experiencia y relación con éste.
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¿Qué aporta realmente la Realidad Virtual al Patirmonio?
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Está claro que es fascinante. En un primer golpe, cuando te pones esas estrambóticas gafas y empiezas a visualizar imágenes de monumentos que habías visto ya, sí. Pero lo habías hecho en fotos o en videos a través de internet.
Pero esto es diferente. Lo ves y casi puedes tocarlo. Interactúas con el espacio virtual que se te presenta ya que te mueves y se mueve contigo. Puedes ver todo detalle con la precisión casi como si estuvieras en el lugar realmente.
Pongamos por caso que estamos estudiando una pieza que nos llama mucho la atención o de la que hemos podido leer en algún libro. Imaginemos entonces el mecanismo de Antikythera. Piensa por un momento que puedes tenerlo al alcance de un click, descargártelo en tus gafas de Realidad Virtual y estudiarlo desde todos los ángulos, con todo lujo de detalles. ¿No es fantástico?
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Teniendo la Realidad Virtual, ¿para qué ir al museo?
Ahora bien, ¿teniendo esta tecnología a tu alcance, harías el esfuerzo d ir a ver la pieza in situ?
Te he puesto un ejemplo muy peculiar. El mecanismo de Antikythera está bastante lejos para visitarlo pero bien podría tratarse de la Dama de Elche o del yacimiento de Ampurias, la Cueva de Altamira o cualquier otro objeto, monumento o bien de Patrimonio Cultural que te puedas imaginar. ¿Mejoraría la experiencia tenerlo al alcance de tus gafas de Realidad Virtual?
Queda mucho tiempo para que esto suceda pero creo que es conveniente reflexionar sobre ello. Si los bienes de Patrimonio, las piezas de museo y monumentos más emblemáticos los tuviéramos en Realidad Virtual, ¿estaríamos acabando con los museos?
Por fortuna creo que no. Ya hablamos de la función de un museo en este artículo y como comentamos, un museo no es un almacen de objetos antiguos. Claro que no. Un espacio donde se conservan objetos que representan una cultura, se estudia el pasado través de ellos, se conforma la realidad social y cultural del pueblo, y se exponen en un contexto determinado, dentro de una trama histórica, cultural, científica con sentido.
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La Realidad Virtual: una herramienta más que un peligro.
Por tanto no. Puesto en el caso en que la Realidad Virtual pueda mostrarnos piezas, objetos, yacimientos, monumentos y el Patrimonio Cultural en general delante de nuestros ojos, no podrá vencer la vivencia de ver las cosas en su contexto y dentro de un argumento histórico con sentido.
Sin embargo, será (de hecho ya lo está siendo) una herramienta de gran utilidad para acercar y dar a conocer el Patrimonio y para facilitar su estudio. Una forma fantástica de entrar en contacto con el Patrimonio por el hecho de resultar muy llamativa y realmente toda una experiencia “casi” real y digna de disfrutar. Ahora, eso sí, nada mejor que pasear por el monumento real y poder tocar las paredes, sentir la humedad y el aire del ambiente… Eso de momento es irreplicable.