El Patrimonio Arquitectónico está presente en la práctica totalidad de ciudades. Monumentos y edificios de relevancia copan los centros de muchos núcleos urbanos, fiel reflejo de un pasado, una historia y una tradición digna de conservar.
Debido a la importancia y relevancia de este tipo de patrimonio, ya desde la Ley de Patrimonio Histórico Artístico español de 1933, se introducen en la normativa una serie de medidas para conservar y consolidar el patrimonio arquitectónico.
Como te comenté cuando te hablé de Patrimonio Urbano, en la Carta de Atenas se potenció la necesidad de proteger el espacio urbano, lugar donde se encuentra gran parte del patrimonio arquitectónico. Y así lo reflejaron en el inicio de esta carta:
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La ciudad no es, sino una parte de un conjunto económico social y político que constituye la región.
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Pero no solo de edificios y monumentos se compone el Patrimonio arquitectónico. También se consideran dentro de éste tipo de bienes los Jardines y los Conjuntos históricos. Estos espacios comparten la peculiaridad de haber sido elaborados por el ser humano, creados con un fin determinado y planificado.
Por qué es importante el Patrimonio Arquitectónico.
El patrimonio arquitectónico tiene gran importancia cultural. ¿Por qué? Un edificio, sea de la naturaleza que sea, aporta información de diferente índole. Las piedras nos hablan y los edificios respiran vida de las personas que han pasado por ahí. Además, no se trata tan solo de un monumento bonito sino que tiene un valor documental, histórico y, por consiguiente, cultural.
El patrimonio arquitectónico forma parte también del Patrimonio inmueble con la peculiaridad de que se utiliza un método heredado de la Arqueología para el estudio de sus muros. Aunque también podemos decir que se ayuda del arte, la restauración y otras disciplinas.
La Ley del PatrimonioHistórico Español legisla a favor de la conservación de los edificios históricos:
“Se debe conservar, consolidar y rehabilitar los edificios y monumentos históricos evitando la reconstrucción”
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Cómo se aborda la restauración del Patrimonio Arquitectónico
Un edificio es un documento histórico en sí mismo que puede otorgarnos una gran información de su Historia estableciendo una secuencia cronológica de los elementos que lo forman. Su época, su técnica constructiva, el material utilizado, las herramientas, la decoración, los grabados, etc.
Además, con el estudio en profundidad de la evolución del edificio se podrán establecer medidas de conservación y restauración que junto con la Arquitectura permitirán que el edificio perdure aún más en el tiempo.
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¿Pero qué criterios debemos seguir para su restauración?
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Ya sabes que más vale prevenir que lamentar. Es decir, antes de restaurar, lo mejor es prevenir para evitar tener que intervenir el Bien. Pero en ocasiones en las que el Bien se encuentra en peligro, no hay más remedio que intervenir y restaurar.
Tal es el caso del proyecto que estamos haciendo en Santa Cruz de Mudela tratando de recuperar, entre otras cosas, los frescos de la Iglesia. El objetivo no es otro que tratar de revivir las características del edificio.
Antes de la restauración debe haber un trabajo de documentación y estudio sobre la naturaleza del edificio: su historia, estilo, materiales constructivos, relación con el entorno, etc. Una vez hecho esto, se debe proceder a la restauración pero siempre teniendo en cuenta estos puntos:
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- Siempre debe poder diferenciarse lo original de lo añadido.
- Hay que evitar la reconstrucción. En caso de hacerse la reconstrucción, ésta debe realizarse con las propias partes del Bien.
- Debe destacar la parte restaurada diferenciada de la original.
- Intentar por todos los medios que lo que se realice sea reversible.
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Cómo interviene la Arqueología en el Patrimonio Arquitectónico
Para el estudio y conservación del Patrimonio Arquitectónico, hay muchas disciplinas que entran en juego. Por su parte, la Arqueología utiliza los métodos propios de su disciplina para extraer información de los edificios partiendo de un principio fundamental y heredado de la propia estratigrafía:
Lo que está más abajo es más antiguo de lo que está arriba.
Pero esta ley de superposición no se cumple del todo en los edificios. No es más antiguo lo que está más abajo ni más moderno lo que está más arriba. El edificio es una realidad en tres dimensiones. Ocupa un espacio vertical (hacia arriba), horizontal (a lo ancho) y tiene profundidad.
Cada revestimiento, cada retoque o modificación del estado original y primario del edificio se considera un unidad estratigráfica muraría (UEM) y con ellas, al igual que las UE’s, pueden establecerse relaciones estratigráficas para conseguir así una lectura histórica del mismo.
En este caso, el papel del arqueólogo consiste en documentarse bien sobre la historia del edificio, trabajar estrechamente con la arquitecta para mantener la originalidad del inmueble evitando destruir los materiales originales. Esto se consigue a través de la restauración y consolidación.
Por otro lado, no solo la Arqueología sino también los profesionales del Arte tienen gran protagonismo en las labores de restauración del Patrimonio Arquitectónico. Ambas disciplinas trabajan conjuntamente con profesionales de la Arquitectura para intentar consolidar y proteger estos bienes inmuebles tan peculiares
El Patrimonio Arquitectónico tiene gran importancia cultural por la información que aporta al estudio histórico de la sociedad y por lo que represente para el conjunto de las personas. Es fiel reflejo de la Historia de un lugar y por eso se ha de conservar. Para su conservación es conveniente evitar la intervención con medidas de prevención pero en ocasiones hay que intervenir. Y en esas se juntan diferentes especialidades para intentar modificar lo menos posible el bien y conservarlo para el futuro.