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Los restos orgánicos y el tiempo en arqueología

A diferencia de los materiales inorgánicos, los restos orgánicos son más sensibles al paso del tiempo y, por tanto, es más difícil que perduren. Puede parecer que lo habitual en Arqueología sea encontrar objetos fascinantes y herramientas increíbles de miles de años pero lo cierto es que es casi un milagro que algunas piezas ganen la batalla del tiempo para ser recuperadas cientos o miles de años después de ser abandonadas (haya sido de manera intencional o accidental).

¿Sabes a qué se tiene que enfrentar el material orgánico para preservarse en el tiempo?

El material orgánico:

El material orgánico es el que proviene de un elemento vivo, plantas o animales, y sufre en mayor medida el paso del tiempo y los acontecimientos climáticos.

Sin embargo, y por paradójico que parezca, son los climas más extremos los que permiten y ayudan a su conservación. Podemos destacar tres aspectos fundamentales para que los restos orgánicos de un yacimiento lleguen hasta nuestros días:

  • La tierra donde se deposita. Si la tierra es muy ácida, olvídate. No necesitas llevarte a la boca un puñado de tierra para comprobar si es ácida o no. Si te encuentras restos orgánicos como huesos y se encuentran en muy mal estado o casi desintegrados, es que la tierra se los ha comido. Ni te imaginas el fastidio que supone estar cavando una tumba sacando la tierra de encima durante una jornada maratoniana, y al final, cuando crees que has llegado a tu premio, resulta que apenas te encuentras unos cuantos trozos de hueso esparcidos. Frustrante.

    Si por el contrario la tierra es salina, esto puede ayudar a preservarlos restos materiales. En las minas de Hallstatt se conservaron muchos restos materiales en muy buen estado de conservación gracias a la salinidad de la tierra.

  • Desastres naturales se pueden considerar un regalo para la arqueología. En ocasiones, a lo largo de la Historia, se han producido desastres que han sepultado ciudades enteras o poblados en plena actividad lo que ha permitido que lleguen hasta nuestros días en buen estado de conservación. El paradigma de esto es Pompeya, sepultada por una erupción volcánica hace cerca de 2.000 años.

  • El clima del lugar del yacimiento es también de gran importancia para conservación de los restos. Los cambios bruscos de temperatura o de estado (si se encuentra bajo el mar, si está congelado o incluso si está enterrado, al entrar en contacto directo con el aire) es lo más peligroso. Por eso, las cuevas suelen servir de “cajas de conservas” ya que en su interior el clima suele ser estable y constante.

Otra aspecto que juega en favor de los restos orgánicos para vencer el paso del tiempo es el clima extremo.

Ambientes extremadamente secos

Como en Egipto, con escasa agua, evitan que se reproduzcan microorganismos que dañen los restos orgánicos. Esto ha permitido que restos materiales como las momia de Tutankhamon lleguen a día de hoy en tan buen estado de conservación tras más de 3.000 años con su piel, sus uñas e incluso su cabello. La escasez de agua unida a la absorción de líquidos por la arena hicieron el trabajo natural de conservación.

Ambientes extremadamente fríos

Las bajas temperaturas ralentizan el proceso de decaimiento de los restos orgánicos por el paso del tiempo. En la zona de Siberia se encontró hace unos años una cría de mamut que daba impresión verla pues parecía que había muerto recientemente. Pero el descubrimiento arqueológico más famoso en este caso es el de Ötzi. El descubrimiento del hombre de los hielos bajo un manto de hielo ha permitido conocer mucho sobre la Edad del Bronce europea.

Ambientes extremadamente embarrados

Los lugares muy embarrados y húmedos como los pantanos permiten sellar los restos orgánicos y evitar así que entren en contacto directo con el aire evitando su descomposición. En Irlanda se han encontrado algunos cuerpos en muy buen estado de conservación gracias a este tipo de ambientes. En el museo nacional de Dublín tienen un a buena muestra de ello. En Dinamarca también son famosos los cuerpos denominados “de pantano” como el de Tollund.

Como podrás apreciar:

El estado en que encontremos las evidencias arqueológicas depende de muchos factores ajenos al…

Y si ya es difícil encontrar un yacimiento arqueológico, más lo es que sus restos materiales se encuentren en buen estado de conservación. Por tanto, si estás excavando y te encuentras cualquier cosa puedes sentirte afortunad@ porque no es lo normal. Por esto es importante mantener y recopilar toda la información posible del yacimiento y sus restos materiales.

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